En México tenemos varias desigualdades, dependiendo de la etapa de la vida, hace 20 años pensamos que la desigualdad iba a bajar por sí sola, pero no se va a reducir por arte de magia, afirmó el académico e investigador del Colegio de México, Raymundo Campos.
En el espacio de “Así las Cosas” con Ibeth Parga, el autor de libro “Las desigualdades, por qué nos beneficia un país más igualitario”, afirmó que el Estado y nosotros como sociedad tenemos que intervenir para que se reduzcan las desigualdades excesivas en ingreso, riqueza, educación y salud, que afectan nuestras vidas y reducen bienestar y crecimiento.
Si queremos desarrollarnos económica, social y políticamente como país debemos intervenir como sociedad.
Dijo que se ha demostrado que familias de mayores ingresos pasan mayor tiempo con sus hijos que aquellas de menores ingreso, por lo que la sociedad debe presionar para mejores inversiones en salud, educación, seguridad y ver el problema de forma global.
El problema es multidimensional, por lo que la sociedad debe presionar al Estado, a los gobiernos y a los políticos en campaña, pues las medidas paliativas no cambian las desigualdades.
Como sociedad debemos ser más exigentes cuando suceden actos discriminatorios para cambiar la cultura que favorece a las personas con tono de piel más claro, lo podemos cambiar desde la sociedad y exigiendo el cambio en las políticas de contratación, así como la discriminación por género y específicamente por embarazo.
Cuando una mujer se embaraza se reduce su participación y su salario, esto no se reduce seis años después y es conocida como la penalización por ser madre, un ejemplo de discriminación y error cultural.
La discriminación en el mercado laboral nos afecta a todos, si una empresa o gobierno no contrata a alguien por características físicas como el sobrepeso, nos está negando el beneficio de su creatividad.
El libro, aunque no es político, separa dos aspectos: los aumentos salariales que han sido un gran beneficio, y por otro los programas sociales que no son suficientes para cambiar los problemas y las desigualdades estructurales, ante lo cual se debe crear una agenda verdadera, concluyó.
