La población de Santiago Xalitzintla apuesta a las tradiciones y a la guía de sus mayordomos, más que a las indicaciones que hacen las autoridades de Protección Civil para garantizar su seguridad, ante la mayor actividad del volcán Popocatépetl.
Rodrigo de la Cruz, presidente auxiliar municipal, dijo que esta localidad de Puebla, cercana al coloso, es un poblado que aún “conserva muchas tradiciones y, debido a creencias, los pobladores se niegan a abandonarla, aunque participen en los simulacros”.
En entrevista con La Razón, mencionó que durante una reunión que tuvo con el gobernador Sergio Salomón Céspedes, le comentó que entre los principales problemas que podrían existir, al querer evacuar la zona, sería precisamente que la gente que habita se niega a hacerlo.
“Yo hace mucho no veía así el volcán, creo que es importante estar preparados. En la comunidad hay muchas tradiciones aún y la gente prefiere acercarse que alejarse del volcán; incluso, muchos vecinos han acercado ofrendas hechas por ellos con alimentos, semillas y otros elementos para ofrendar al volcán y que deje de rugir”, expuso.
El funcionario advirtió que su localidad, situada a sólo 13 kilómetros del volcán y con una población de dos mil habitantes, enfrenta otro problema “gravísimo”: no cuentan con hospitales ni estación de bomberos.
“Hay una clínica que tiene el municipio, pero no tiene nada; la verdad, carece de todo, sobre todo de medicamentos y cubrebocas. Nosotros lo externamos, pero no llegó el apoyo”, dijo.
Santiago Xalitzintla pertenece al municipio de San Nicolás de los Ranchos y, de todas las poblaciones alrededor de Don Goyo, es el poblado más cercano al cráter. La mayoría de los pobladores vive de la actividad agrícola, por lo que para ellos es difícil abandonar su lugar de origen.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) refiere a la región de Xalitzintla, junto con otras 26 comunidades poblanas, entre sus rutas peligrosas mapeadas, como algunas de las que podrían tener mayor afectación en caso de una tragedia volcánica.
Entre los riesgos, se ha informado a los pobladores que podrían ser cubiertos hasta por 10 centímetros de espesor de ceniza o alcanzados por fragmentos de roca de más de 64 milímetros; sin embargo, y a pesar de “que saben que incluso en un escenario trágico podrían perder la vida, dicen que no se salen de sus casas; ellos dicen que no dejarán morir su agricultura ni van a abandonar sus casas, varias de ellas hechas de roca, madera y casi todas con techos de lámina”, dijo la autoridad.
Rodrigo de la Cruz manifestó que los pobladores han preferido acercarse a los llamados “mayordomos” del pueblo, quienes son una especie de guía espiritual para los habitantes, que todos los 12 de marzo de cada año dejan ofrendas en el volcán, aunque ahora las autoridades les han alertado sobre no acercarse, aunque no ha faltado quien aproxima alguna ofrenda lo más cerca posible del cráter.
Y aunque el auxiliar refirió que ellos o ninguna otra autoridad puede “obligar a nadie a salir del pueblo, por lo pronto lo único que sí cumplen desde el 18 de mayo es atender el llamado a suspender las clases de manera temporal”.
De la Cruz comentó que en la población “presumen los habitantes que la tierra es muy fértil. Y sí lo es. La producción de maíz, frijol, calabaza, haba, nuez, piñón, pera, manzana y tejocote es muy buena, por eso aquí vienen muchas personas a comprar nuez en la temporada de los chiles en nogada”, refirió.