Este viernes se cumple un año de la invasión de Rusia contra Ucrania y en Así el Weso, la doctora Iliana Rodríguez Santibáñez, destaca que más allá del recuento de vivos y muertos, la guerra representa un gran negocio, donde el interés económico no ha permitido que pare uno de los conflictos humanitarios más grandes del siglo XXI.
En entrevista con Enrique Hernández Alcázar, la internacionalista del Tec de Monterrey detalla que sin importarles ofrecer como carne de cañón a los civiles, dentro de los intereses económicos que ofrece la guerra se encuentran los cambios de nicho en la explotación de recursos naturales, como el gas. Además de que también hay un interés geopolítico por los nuevos nichos de mercado que pueden generarse a partir de ella, como lo es el negocio de las armas.
“Reino Unido, Estados Unidos y Alemania, cuando provén de estos tanques y de estas nuevas armas, no lo hacen en un acto piadoso, caritativo y de apoyo a Ucrania para combatir a Rusia, también lo hacen porque hay un negocio formal de compra y venta de armas”.
Iliana Rodríguez recordó que esta guerra no comenzó hace un año sino hace ocho, cuando Rusia aceptó la adhesión de Crimea a su territorio y cuando Ucrania no aceptó los acuerdos de Minsk que Rusia proponía.
Ante el resaltó que sin duda el invasor siempre será el señalado como el responsable de las masacres que se están viviendo, pero pidió tampoco olvidar que también al interior de Ucrania hubo un factor importante y un nacionalismo exacerbado en contra de la población pro-rusa.