El caos en Rusia favorece a Kiev, afirmaron el sábado funcionarios ucranianos, pero está por verse si el presidente Volodímir Zelenski y su ejército pueden sacar partido del desorden provocado este fin de semana por la marcha de mercenarios hacia Moscú.
A última hora del sábado, Yevgeny Prigozhin, uno de los fundadores del ejército Wagner, declaró que detenía su “marcha por la justicia” hacia Moscú tras un acuerdo que le libraba a él y a sus mercenarios de enfrentarse a cargos penales. El acuerdo también exilió a Prigozhin a Bielorrusia.
“Hoy el mundo ha visto que los amos de Rusia no controlan nada. Nada de nada. Sólo un caos total”, dijo Zelenski en su discurso nocturno en video, instando a los aliados de Ucrania a aprovechar el momento y enviar más armas a Kiev.
Los disturbios de Prigozhin, el mayor desafío interno al presidente Vladimir Putin como líder supremo de Rusia desde hace 23 años, ha espoleado la preocupación por la seguridad mundial y un frenesí de llamadas entre Washington y sus aliados para coordinar acciones.
“Cualquier caos detrás de las líneas enemigas favorece nuestros intereses”, declaró el sábado el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, a la agencia estatal Ukrinform.
Putin calificó las acciones de Prigozhin de “golpe para Rusia”, pero no hubo señales inmediatas de que su gobierno estuviera amenazado. El Ministerio de Defensa, dirigido por Sergei Shoigu, fiel aliado de Putin, guardó silencio durante los acontecimientos del fin de semana.
Kuleba dijo que era demasiado pronto para hablar de consecuencias para Ucrania, pero más tarde ese mismo día mantuvo una llamada con el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, para hablar de los acontecimientos y de los esfuerzos de contraofensiva de Kiev.
El Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó posteriormente en un comunicado que Washington se mantendrá “en estrecha cooperación” con Kiev a medida que evolucione la situación.
El Ejército ucraniano informó el sábado de una ofensiva cerca de las aldeas que rodean Bajmut, tomada por las fuerzas de Wagner en mayo tras meses de combates. Kiev también reivindicó la liberación de la aldea de Krasnogórivka, en Donetsk, pero los avances fueron graduales.
La contraofensiva ha sido en general “más lenta de lo deseado”, declaró recientemente Zelenski.
Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, afirmó el sábado que no había una retirada inmediata de las fuerzas rusas de la línea del frente hacia Moscú.
“Todos ellos (…) permanecen en sus puestos. Siguen resistiendo”, declaró Danilov a los medios de comunicación estatales ucranianos.
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Leo